CRÓNICA RESTAURANTE NUBEL, MUSEO REINA SOFÍA
- Isabel Morales Casado
- 19 nov 2021
- 3 Min. de lectura
El Museo Reina Sofía ofrece mucho más que arte con la inauguración de su nuevo espacio: adéntrate en NuBel

Por Isabel Morales
Abrir un restaurante es todo un reto, pues el espacio debe convivir con las obras de arte del lugar de manera armoniosa. Además, debe tener una personalidad y esencia bien marcada para que el lugar pueda poseer un reclamo en sí mismo, convirtiéndose en un lugar al que acudir cuando se esté de paso por el museo, pero también de forma independiente. Por ello, la apuesta de NuBel no ha sido fácil, pero sus creadores se han superado con creces tanto en imaginación como en funcionalidad.
Jean Nouvel ha sido el encargado de la restauración por ampliación llevada a cabo en el museo con el fin de dar identidad a este nuevo espacio. El sello identitario de este nuevo restaurante es su contundente techo rojo, que da como resultado un espacio realmente creativo, cuyo diseño interior y mobiliario poseen una personalidad propia y convierten al NuBel en algo mágico. Los principales autores de este proyecto se vieron ante un espacio de gran peso, por lo que la gran complejidad de la reforma consistía en dotar el lugar de cierta energía sensual y femenina a través del mobiliario. Así, este espacio combina lo emocional y lo funcional.
El segundo punto más complejo de esta ampliación radicaba en cómo organizar el espacio. Para los 864 metros cuadrados que conforman este lugar se buscó un sistema flexible. De esta manera, se usa la forma circular como punto de encuentro o, como foco del lugar. El espacio queda así completamente guiado hacia este punto, en el que se combina el mundo del sabor, del color, del sonido y de las imágenes. Este círculo integra y humaniza a la par que acoge tanto individuos como grandes grupos. Para llevar a la realidad las potentes ideas que conformaban este proyecto, los arquitectos llegaron a la conclusión de que ellos mismos debían asumir el diseño del mobiliario, las alfombras y la iluminación en el restaurante. Esta misión se llevó a cabo respetando una regla básica: todo debe fluir en torno al círculo.
Así, se decidió también que los colores en NuBel debían fluir como los de una acuarela, repartiendo tonalidades azules, verdes, amarillas y naranjas, mientras se respetaba la tonalidad roja (otra de sus reglas básicas) para el enorme techo. Esta gama tan amplia de colores invitan a todo tipo de personas a no solo nutrirse alimentariamente, sino también del entorno y ambiente. El resultado crea una atmósfera acogedora y sutil que emula un jardín de nubes, de ahí el nombre que recibe el restaurante. Siguiendo con otro de sus imprescindibles, la luz se proyecta hacia abajo a través de lámparas que se encuentran sobre las mesas y las barras. De esta manera se evitan los reflejos en la gran superficie brillante en el techo. Por otro lado, el pavimento es de granito y, con el fin de suavizar este duro elemento, se emplean círculos dibujados sobre este.

Terraza del restaurante NuBel
Su propuesta gastronómica
El restaurante posee capacidad para 120 comensales, además de una zona lounge y una gran terraza. NuBel ofrece desayunos de todas partes del mundo, aperitivos, una carta bistró, meriendas y una gran carta nocturna acompañada de los mejores DJ´s del panorama español. NuBel se ha convertido en toda una plataforma musical de referencia. Cada noche se dan cita en el espacio los mejores DJ, que ofrecen sesiones de ritmos muy variados. Por otra parte, la coctelería del lugar no se queda atrás, pues NuBel cuenta con una inmensa carta de bebidas alcohólicas que combinan frutas y sabores internacionales, todos diseñados por Joel Jamal, Campeón de España de Coctelería en 2015. En lo referente a la comida, Javier Muñoz-Calero, es su chef y lidera las grandes posiciones gastronómicas de la ciudad.

Plato del chef Javier Muñoz-Calero
Y, como no podía ser de otra manera pues en NuBel ningún detalle queda suelto o al azar, el vestuario del personal de sala ha sido creado por la marca Lady and Butler de Eli Caner. Con todo lo mencionado, se puede afirmar que NuBel no es un restaurante cualquiera: es gastronomía, música y, sobretodo, es arte.
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