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Entrevista a Sara Valbuena

Sara Valbuena “Cada persona tiene una expresión artística dentro de ella”

Sara Valbuena (publicación de Instagram)


Por Alexia Martí

 

Sara Valbuena es una apasionada del cine y del teatro que, tras dejar su labor interpretativa durante la gran oportunidad laboral que le surge, decide abandonar su profesión para formarse como actriz. Valbuena tiene las ideas muy claras y, aunque es consiente de la dificultad que supone compaginar el mundo de la interpretación con la propia labor profesional, nunca ha cesado su pasón por representar diferentes personajes. La actriz madrileña ha conseguido complementar sus actuaciones con la función periodística ejerciendo como jefa de prensa, demostrando así, que si existe una pasión cualquier esfuerzo es necesario para desarrollar esa expresión artística que todos llevamos dentro.

En primer lugar, ¿de dónde nace esa pasión referida al mundo del espectáculo y esa faceta artística?

Mi madre cuando tenía cuatro años, nada más entrar en el colegio, me apuntó a teatro y me gustó mucho. Recuerdo pasármelo muy bien, jugaba muchísimo, y admiraba profundamente a mi profesora de interpretación. Desde pequeña les dije a mis padres que quería ser actriz, sin embargo, ellos siempre me repetían lo mismo: que fuera actriz durante mi tiempo libre, mientras lo compaginaba con otra labor profesional. Tras ello, una vez terminé el bachiller tuve que estudiar una carrera y me decanté por Periodismo y Comunicación Audiovisual, y una vez la finalicé me formé como actriz. Nunca he dejado la interpretación, ya bien sea mediante teatro amateur o en cortos de amigos.

¿Una vez entras a estudiar la carrera, sabes que vas a vincular dichos estudios con el mundo del espectáculo? ¡Claro! Desde un primer momento me encontraba buscando la forma para adentrarme en el mundo de la interpretación, del cine... Pensé en otra cosa que me apasionase como era el cine, amaba ver cine y leer cine, entonces decidí que otra opción era escribir sobre ello, de tal forma que me adentré en la carrera para redactar fotogramas.

¿Tenías o tienes un referente en el mundo de la actuación? A mí me sucedía que, al ver y leer sobre cine, me fijaba sobre todo en directores masculinos, de tal forma que mi vida estaba repleta de actores y directores masculinos. Sin embargo, una vez en el instituto me di cuenta de que no tenía ninguna referente femenina. Así pues, empecé a documentarme sobre figuras femeninas dentro del mundo del cine, que más tarde me motivaron a hacer aquello que verdaderamente quería. Sin embargo, cabe destacar que mi máxima referente ha sido desde pequeña mi profesora de teatro.

¿Crees que Esther (tu profesora de teatro cuando eras niña) te motivó para alcanzar así tus metas? ¡Sí! Ella me enseñó que el escenario era un lugar tanto de aprendizaje como de diversión a la vez. Me enseñó que el teatro era importante en la vida; que las grandes obras habían sido escritas por personas inteligentes, mientras que a su vez cuentan cosas realmente importantes.

¿Cómo conseguiste compaginar aquello que has estudiado con lo que realmente te apasiona? En un primer momento no supe compaginarlo, de tal forma que al salir de la Universidad lo dejé. Me adentré en un trabajo muy importante y tras dos años en él decidí retomar el mundo de la interpretación puesto que sentía que me faltaba algo. Por muy bonito que fuera mi trabajo y conocer a gente interesante, sentí que la vida se me apagaba si no había teatro en ella. De tal forma que dejé mi labor y decidí adentrarme en Cristina Rota, una escuela de teatro en la que estuve tres años.

 

Cristina Rota es un espacio de enseñanza y de conocimiento, una escuela de interpretación en la que se pretende transferir nuevas experiencias a sus alumnos. Esta academia fue fundada el año 1979 y desde sus inicios ha formado a los mejores actores y actrices de nuestro país, mediante un programa formativo de cuatro años de duración.

 

¿En qué momento consigues compaginar tu trabajo con las artes escénicas? Mientras me encontraba en el segundo año de la escuela de Cristina Rota, una representante me insistió varias veces para que fuera su jefa de prensa y, tras verme preparada para combinar mi labor profesional con mi pasión por la representación, decidí aceptarlo. De tal forma que empecé a dividir mi tiempo en desarrollar una carrera profesional vinculada a lo que anteriormente había estudiado y aquello que me interesaba: contar historias.

¿Dónde te encuentras trabajando actualmente? A día de hoy me encuentro trabajando siendo jefa de prensa de la nueva obra de Juan Mayorga y Blanca Portillo, lo que me parece increíble y me llena por completo al sentir que esa historia llega realmente a la gente. Yo soy la responsable de hacer que esta obra aparezca en los medios de comunicación, de tal forma que la gente lee sobre ella y acuden así a verla. A pesar de no estar implicada artísticamente, sí lo estoy en la historia, que para mí es lo realmente importante.

¿Cómo crees que marca tu carrera profesional la gran oportunidad que te surge en Kuranda? Kuranda es el lugar en el que yo me he formado de verdad. Gracias a ello tengo trabajo. Yo les debo literalmente mi vida profesional. Si a mí Katrina Bayonas y Borja de la Vega no me llegan a dar la oportunidad de poder colaborar con ellos como jefa de prensa, mediante una confianza absoluta depositada en mí, no sé dónde estaría. Pero, sin embargo, lo tuve que dejar, porque todo mi tiempo se enfocaba en dicho trabajo y no me quedaba lugar para lo que realmente me apasionaba, y me apasiona hoy en día.

 

Kuranda es una agencia de representación de actores y actrices, ya bien sean españoles o internacionales, fundada por Katrina Bayonas.

 

¿Cómo surge la oportunidad de trabajar con Bayonas y De la Vega? Todo se debe a la recomendación que Paula Ponga me hizo. Ésta es redactora jefa de fotogramas, y para la que en su momento fui becaría. Tras su recomendación, ellos decantaron toda su confianza, lo que actualmente es muy extraño que suceda en el ámbito laboral, puesto que todo es en base a currículums y diversos contratos.

¿Cuál crees que es la labor más destacable, y a la vez menos reconocida de Aleteia Interpretes? Lo más triste de los representantes es que dicho trabajo no es visible. Es una labor que admiro mucho, puesto que se encuentran siempre esforzándose para encontrar trabajo a sus propios intérpretes, a aquellos pequeños actores que trabajan menos, pero por los que éstos apuestan porque saben el gran talento que tienen. Ese trabajo nadie lo ve, sin embargo, es un gran esfuerzo para quien lo realiza.

 

Aleteia Interpretes es una agencia de representación de actores que actúa como mediador en el mercado de obras audiovisuales, donde promociona y concluye contratos de producción teatral, interpretación artística, cinematografía....

 

¿Cómo surge la asociación ‘No Me Da La Life’? No Me Da La Life surge con una amiga mía, quién es un portento dentro de la industria y con la que coincidí en la carrera. Tras volver ella de Los Ángeles, de bromas le dije que escribiera un corto, sin embargo, ella lo hizo y dicha obra ganó un premio. Tras ello decidimos escribir una obra de teatro. Así pues surge No Me Da La Life, cuyo nombre proviene de la misma realidad de nuestra vida: autónomas, que nos dedicamos a muchísimas cosas a la vez y que en ocasiones la vida no nos da para más.

Para finalizar, una pregunta de criterio propio, ¿crees que el actor nace o se hace? Para mí y según mi punto de vista, cada persona tiene una expresión artística dentro de ella. Cada uno se desarrolla personalmente, o bien bailando, cocinando, cantando, escribiendo un diario, pintando... Todo el mundo debe de tener una expresión artística dentro, lo que es fundamental y habría que explotar desde el inicio de la vida y para siempre. Sin embargo, si quieres dedicar tu vida a ese arte que tanto te estimula, debes formarte. Por lo tanto, el actor nace y se hace.

Si ser actor siempre fue complicado, mucho más lo fue para las mujeres, pues en plena ola de expansión artística llevada a cabo por el teatro griego, estos papeles femeninos eran interpretados por hombres. Actrices como Sara Valbuena, son un claro ejemplo de superación y sobre todo de pasión. De pasión por una profesión integrada en el ADN de aquellos que sienten que la vida es un sueño y el escenario la escalera para seguir soñando.

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