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Teatro Alfil abre sus puertas a la 10º edición de Clímax

El teatro es poesía que se sale del libro para hacerse humana, según Federico García Lorca. El teatro es la mayor de todas las formas del arte, la forma más inmediata en la que un ser humano puede compartir con otro el sentido de lo que es ser un ser humano, según Oscar Wilde. El teatro es así, el único arte que no puede desaparecer porque es donde la humanidad se enfrenta así misma, según Arthur Miller.

Representación de la obra Clímax

Por Alexia Martí

 

Madrid en invierno es especial. El frio, las luces de navidad y un intenso olor a castañas asadas, son los principales protagonistas de la única capital donde los gatos siguen estando colgados. De alguna u otra forma, pero con el mismo sentimiento, se encontraba el elenco de Clímax; felices por llevar 10 ediciones transmitiendo orgasmos de felicidad.


El acto tuvo lugar en el modesto Teatro Alfil de Malasaña, y como preliminares una gran concentración de personas que, esperando impacientemente a que el teatro abriese sus puertas para acceder al patio de butacas, especulaban acerca de cómo sería el desarrollo de una obra con un título tan sugerente.


Tras aproximadamente diez minutos de espera desde el momento en el que público empieza a agruparse, las puertas se abren media hora antes de que empiece la función, y tras ello las butacas empiezan a tener dueño. Una gran cortina de terciopelo se alza en el escenario impidiendo ver lo que sucede detrás a los presentes, pero haciendo entrever nervios, incertidumbre e ilusión. Al grito de “¡Mucha mierda!", Los actores preparan los últimos detalles y esperan ansiosos el levantamiento del telón.


Una vez las luces se apagan, los murmullos de la sala cesan, y tras ello aparecen en el escenario David Carrillo y David Trabucchelli, quienes interpretan una pareja de homosexuales con ciertos problemas en su relación que intentan buscar en diferentes personas aquello que les falta para estar bien. Con esta escena se da inicio a Clímax, una obra de Alejando Melero, donde distintas historias son fusionadas y sacan a relucir diversas emociones como son; la soledad, el miedo, el amor no correspondido, la lujuria, el deseo…


Clímax es sinónimo de carcajadas, de diversidad sexual, libertad y diversión. Con el humor como vehículo y la comedia como motor, el gran elenco de actores presenta una estructura de paralelas historias, relacionadas o no entre sí. Se cuenta la historia de dos mujeres que están intentando ser madres mediante inseminación artificial, y por ello se encuentran buscando al donante ideal. Después de la incertidumbre, el miedo y la indecisión, dan con su candidato tras tener uno de los rasgos más importantes: ser buena persona.


Seguidamente, conocemos la historia de Ru, un joven que se encuentra atraído por su mejor amigo, y que no puede evitar no apartar la mirada del enorme y atractivo miembro de éste, el cual sufre una enorme erección. Sin embargo, el joven no es consciente de los posibles sentimientos de su amigo, y se permite expresar con todo tipo de detalles el deseo que siente hacia las mujeres.


Muchas de las historias que son contadas suscitan rápidamente las risas entre los espectadores, que aplauden cada vez que finaliza una escena. Los relatos rompen con ciertos estereotipos del amor tóxico, y muestra una realidad adaptada a su vez a los tiempos de COVID. Clímax, a través de ciertas exageraciones, deja salir clichés entorno a la sexualidad, lo que se produce de manera efectiva y muestra como la comedia puede expresar tópicos de forma positiva sin la necesidad de caer en lo ofensivo y desde la vertiente del entretenimiento.


Estefanía Rocamora representa, en uno de los mini relatos, a Marilís, una mujer que lleva muy malamente haber cumplido los cuarenta, y además de ello con muy mala suerte en el amor, pues todos los hombres que le gustan resultan ser gay. Rocamora interpreta, ya bien sea este u otro papel, con una gran personalidad que puede llegar a impactar al espectador y que a su vez provoca risas entre el público.


La obra deja a la vista su clara intención de hacer disfrutar a los asistentes, por eso utiliza el humor con tal de llegar al auditorio mediante en espectáculo lleno de dinamismo y un cuidado absoluto de la utilización del humor físico. De igual forma, también encontramos un ritmo muy vivo que mantiene en todo momento la energía en el escenario sin llegar a desbocarse, e incluso una selección musical que invita a bailar.


Cabe mencionar, que Clímax se considera una de las obras más longevas del teatro de la ciudad, pues está es la 10º edición que se representa. Sin embargo, ha sabido adaptarse a los tiempos que corren y por ello, en una de las escenas podemos ver como dos personajes utilizan mascarillas para asistir a una cita médica. Mara y Juan, representados por David Novas y María González, se encuentran en una consulta de rayos X, años después de haberse conocido en el pueblo en el que ambos veraneaban. Tras ello y junto a la locura de ambos, vuelve a nacer el deseo y la lujuria lo que provoca que Juan deje plantada a su mujer el mismo día de su aniversario.


David Carrillo muestra, a raíz de toda la interpretación teatral, el gran desparpajo con el que cuenta, pues hay momentos en los que el actor explota eficazmente su vena humorística y cumple extraordinariamente su función en la escena. En la última de ellas, Carrillo representa a un masajista que, tras toparse con la expareja de su actual novio, consigue una buena valoración en su trabajo. Durante toda la interpretación, éste provoca al público numerosas carcajadas que retumban en la sala, lo que más tarde será agradecido con una magnifica ovación por parte de los presentes.


Tras lo mencionado tuvo final la función, donde a pesar de mantener estática una parte de la escenografía, se cambian diversos detalles para que no resulte inalterable. Una vez alcanzado el clímax, se cierra el final, donde el público cambia el cigarrillo de después por vítores a la maravillosa actuación de los protagonistas, quienes a lo largo de toda la obra, además de haber llevado a cabo su papel, han interaccionado con el público, ya bien sea con miradas cómplices o a través de gestos interactivos.


En conclusión, Clímax es una sucesión de momentos cómicos que representan a la perfección la realidad sentimental y sexual del siglo XXI, y que consigue durante 90 minutos, romper a carcajadas con ciertos estereotipos y clichés referidos a la sexualidad de ambos géneros.

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